Cierre de año, un nuevo ciclo que se cierra, un nuevo ciclo que comienza. Y con él, la esperanza de que todo lo que esta mal mejore y aquello que que va bien, vaya mejor todavía. Nuestra sociedad capitalista mide todo en términos materiales para determinar nuestro nivel de felicidad. Pero no es posible mensurar que tan bien nos sentimos, la felicidad está escondida en nuestro espíritu. No son solo pedazos de existencia bien empaquetados. La felicidad son esos momentos en los que nos encontramos en comunión con nuestro Dios y con aquellos que nos rodean, sin negatividad ni pesimismo. Felicidad es vivir una vida sin tener cuentas pendientes con nadie y con la seguridad de saber que somos tan transparentes e integros como nuestra boca lo declara. Es poder mirar a los ojos de los que amas y decirles "soy feliz", acariciar las cabecitas de tus hijos o hijas y sentirlos crecer a cada segundo. Es poder sentirte en el buen camino, pero aún buscando seguir adelante, sin conformarte jamás. Es poder darle un abrazo a tus padres y decirles "¿sabes cuanto te quiero? ¡gracias por todo!" Hermanos, amigos. Paz para todos. Que la paz de Dios, aquella que sólo el puede dar, inunde nuestros corazones y nos haga reflexionar en todo aquello que debemos agradecerle, lo bueno y aquello no tan bueno. Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer tu rostro sobre ti.
Feliz Navidad y Año Nuevo.
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