martes, julio 12, 2011

¿Qué ofrenda elevo a Dios?

Hace más de 20 años que conozco al Señor y me ha tocado participar en distintos tipos de trabajos dentro de la Iglesia.  Pero definitivamente, lo que mas me completa es el trabajo musical.  Mas allá del talento o la falta de él que puedad tener.  La música es algo que mueve cosas distintas en mi vida, y mas aún dentro del ámbito de la Iglesia.  Pero al pasar los años, noto que no todos comparten esta misma visión, que cada vez nos vamos volviendo más y más apáticos e indiferentes.  Y es aqui donde me detengo a pensar ¿Que ofrenda estamos elevando a Dios?  Abel elevo un sacrificio agradable a Dios mientras que Caín no.  Si nuestra ofrenda es el sacrificio de labios que confiesen su nombre ¿Será agradable cuando es indiferente y desabrido? 
¿Cómo es posible que no sintamos placer al elevar una alabanza a Dios? ¿Como es posible que no se pueda ni siquiera levantar los brazos al cielo con libertad para el? ¿O será que el peso de la culpa nos ata? Porque Dios pide que "elevemos manos santas" ¿Será que las manos no son santas y por eso no pueden elevarse? Es muy dificil que alguien que escucha reaggeton,cumbia villera,floklore, pop o lo que sea pero que es exclusivamente mundano sin siquiera preocuparse por conocer una alabanza dirigida al Señor, pueda alabar a Dios con libertad.  Si nuestra vida no tiene un momento de adoración, oración y búsqueda o donde podamos elevar al cielo nuestra alabanza particular y personal,  no es posible adorar al Señor.  Y más importante aún.  Si no hay un corazón dispuesto a brindar toda su vida a Dios, es imposible que esa alabanza llegue a Dios.   Si no sos adorador, no podes adorar y para adorar es necesario buscar la voluntad de Dios.  Si no buscamos conocer a Dios y su voluntad, entonces nuestra adoración es ruido. Hacer música es una cosa, adorar es otra.
Asi que busquemos elevar una ofrenda grata para Dios. Recuerdo al salmista diciendo"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quien estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón el que no ha elevado su alma a cosas vanas." (Sal. 24:3-4)

Me despido con una alabanza que resume lo dicho