Cada tanto suelo pensar en la muerte. No es un pensamiento grato por cierto, pero como dice la Biblia es mejor estar en la casa de luto que en la de la fiesta... es que de otra manera probablemente no entenderiamos lo breve de nuestra existencia. Y lo amargo del dolor. De saber lo que dejamos atras. Y de preguntarnos que es precisamente lo que estamos dejando atrás. No se que es lo que nos llevaremos cuando nos toque partir. Probablemente un monton de recuerdos, imágenes y emociones de aquello que vivimos mientras estuvimos aqui.
¿Pero que es lo que queda? Recuerdos, memorias que nos hacen revivir en la mente de aquellos que nos aman. De aquellos que nos conocieron y nos apreciaron tal cual eramos.
Siento que es necesario dejar una gran huella por donde pasemos. Una buena huella. Una senda. Un sendero que lleve a Cristo, para que todos aquellos que nos conocen crean que nuestra meta y nuestro camino esta allí. En Cristo. ¡Tanto tiempo pasamos preocupados de lo pasajero! ¿Porque no mirar mucho mas arriba?
Solo somos peregrinos y extranjeros, estamos de paso en este mundo...
Ojala y dejemos una camino a Jesus
DTB
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